Bolivia: Nina y Henry acusados de terroristas Destacado
X Victoria Aldunate/La Paz, Bolivia
El jueves 31 de mayo la audiencia fue larga,
comenzó pasadas las 9 y duró cerca de tres horas. Al terminar, unas 40
personas, bastante diversas, familiares, gente adulta, jóvenes, que esperaban
en el cuarto piso del Juzgado 1° de Instrucción en lo Penal-Cautelar,
comenzaron a exigir a gritos: “¡Libertad a Nina y a Henry!”.
Más de alguna discutió con los numerosos
policías en sus trajes de fuerzas especiales, que también abarrotaban los
pasillos -no faltaron los de civil, siempre tan identificables-. En la calle,
frente a la salida de vehículos de los juzgados había unos 30 jóvenes tocando
música autóctona –boliviana- con carteles escritos a mano en cartulinas de
colores que decían principalmente: “Ser anarquista NO es ser terrorista” y
“Somos artistas, No terroristas”. Chicos y chicas, también adultos y adultas
jóvenes, vestidos con colores o de negro, con capuchas o no, morenos, mestizas,
populares, indígenas. Los unía el enojo por lo que definen “criminalización de
sus organizaciones”, y el apoyo a la joven y a los jóvenes que ahora eran
conducidos a cárceles y a detención domiciliaria en vehículos de vidrios
ahumados. Dos habían quedado detenidos: Nina Mancilla Cortez en la cárcel de
mujeres en la zona de Miraflores en La Paz y Henry Segarrundo Ariñez en la
Cárcel de San Pedro, también en La Paz. Ambos son músicos y adultos jóvenes.
Ella ha sido parte de un grupo de música de mujeres y ha pertenecido a grupos
feministas, Henry es vegano -lo que subrayan algunas informaciones- y de
cabello largo.
Con quienes les apoyan, nos hemos visto en La
Paz, en actividades culturales y también en actos solidarios con el pueblo
mapuche –y espero que esto no sea una sospechosa señal para quienes sindican de
“terroristas” a sus compañeros-.
“Por vestirnos como no les gusta”
Una amiga de Nina con wawa en brazos, nos
relata que “Nina ha ido -más que a ninguna parte- en estos últimos años, a cumpleaños
de niños porque tiene un hijo pequeño”. Se ve enojada, dolida, llora a ratos y
se pregunta “¿Qué va a hacer ese niño ahora? ¡No pueden valerse de fancines,
ropa negra, música, parches para culparnos… ¡Mis wawas usan parches! ¡Yo uso
botas y capuchas negras y no me van a decir que por eso soy culpable!... ¿Por
qué no han dejado entrar a la prensa? ¿Tan malas son sus pruebas construidas?”,
concluye indignada.
En distintos medios masivos han circulado
fotos de una mesa donde se exponen supuestas “pruebas” presentadas en contra de
los jóvenes detenidos. Se aprecian volantes con letras negras, algún parche o
adhesivo, unas máscaras, algo que parece accesorio de vestir estilo punk,
también una pistola. Se alcanzan a ver de pie, delante de la mesa, a Nina y a Henry.
Los detenidos están a cara descubierta, con las manos atrás, esposados. Los
militares que los custodian parecen, por así decirlo, sobrevestidos, con mucha
ropa de camuflaje y rostros cubiertos: cascos y pasamontañas.
La TV abierta mostró una “conferencia de
prensa” el miércoles donde “fueron presentados”, según los medios masivos, “los
detenidos”. Pedro Moscoso, primo de Nina, considera que esa exposición “fue un
crimen porque los abogados no estaban presentes ni tampoco los familiares. En
ese momento estábamos esperando acá, en estos mismos tribunales, con el abogado.
Decían que iban a traer a Nina para fijar la fecha de la audiencia y en cambio
los estaban poniendo a todos frente a las cámaras de TV, violando completamente
los derechos humanos, yendo contra la presunción de inocencia”.
¿Dirigidos desde fuera? e intereses privados…
El ministro de Gobierno del Estado
Plurinacional de Bolivia, Carlos Romero, habló en esa “conferencia de prensa” de
"pruebas fehacientes" y de varios meses de trabajo de investigación
de la Policía. La madrugada del martes hubo allanamientos y detenciones de
varias personas, algunas fueron liberadas y cuatro quedaron detenidas. El canal
estatal mostró filmaciones de cámaras de seguridad en cajeros automáticos, una
persona con capucha -imagen borrosa- se mueve bajo el lente. El ministro
también afirmó que las personas detenidas tendrían vínculos internacionales, y
arriesgados titulares de medios masivos subrayan: “autores de atentados”, “banda
anarquista” “financiada desde Chile”… Se menciona la muerte de Mauricio Morales
(anarquista de chile que murió a fines de mayo de 2009) y a Luciano Pitronello
al que en 2011 le estalló una bomba en Santiago.
De las organizaciones bolivianas que más se
mencionan en diversas acusaciones mediáticas, es la OARS, Organización
Anarquista por la Revolución Social, quienes en sus pronunciamientos, a menudo
han insistido que creen en revolucionar la sociedad –como su nombre lo indica-
pero no en atentar contra ella. En algunas notas de prensa, se dice cosas como
que la OARS “opera desde Chile…” -y me pregunto ¿por qué creen que los jóvenes bolivianos
necesitan que los dirijan desde otros territorios?-. También delatan que “el 12
de octubre”, estos jóvenes -o sus compañeros-, habrían “marcado algunos
mensajes en el monumento a Colón en la plaza Isabel la Católica” (en La Paz). Imaginamos
que serían mensajes anticolonialistas -y que si los hubiésemos visto, los
habríamos celebrado-.
Se menciona también páginas web anarquistas o
antisistémicas -entre ellas, alguna asociada a La Haine-, como si escribir en
ellas fuese delito.
En la audiencia pública, que no fue tan
pública, ya que sólo se permitió la entrada de las partes, acusados,
defensores, familiares y fiscales, también hubo –por parte acusatoria, por lo
que se sabe- abogados de Bancos. Y es que hay numerosos intereses privados en
este caso. De hecho la Resolución de Aprehensión del Caso Nº 10340/11 seguido
por el Ministerio Público (…) por el delito de Terrorismo y Tentativa de
Homicidio del Código Penal en aplicación del Artículo 226… -el caso contra estos jóvenes- entrega un
listado de 18 hechos de “sabotajes” y “artefactos incendiarios”, de los cuales
17 se relacionan con empresas privadas, Bancos, locales de comida rápida –entre
ellos Burger King-, supermercados, etcétera -sólo un hecho se ubica en una
dependencia pública-.
¿Son “de derecha”?
Disentir –fácil- puede costarte esta ofensa. Un
vocero explica: “Los detenidos son ambientalistas y lo que tienen en común es
que son vegetarianos y han apoyado en algún momento a la lucha del TIPNIS…”,
pero que “para nada” son de derecha y que tampoco están preocupados sólo del
TIPNIS, si no “de todos los temas”. Subraya que todos quienes participan en
organizaciones sociales están “en condiciones de reflexionar por sí mismos
sobre cómo se está llevando este proceso, de juzgar si las políticas económicas
son realmente transformadoras o siguen siendo neoliberales. Hay mucha gente que
tiene miedo de que vuelva la derecha, el asunto es que si no tratamos de
recuperar el espíritu revolucionario entonces vamos a dejar que todo se vaya al
tarro, en realidad este gobierno parece estar desgastando la opción
izquierdista. Somos activistas hace años, desde la época en que los cocaleros
han necesitado nuestro apoyo y se los hemos dado, y desde la época en que el
vicepresidente (Álvaro García Linera) y su grupo guerrillero, han sido apresados
y los hemos apoyado porque hemos tenido en cuenta que son compañeros
revolucionarios, pero ahora están tratando de criminalizarnos”… Otra vocera agrega:
“La compañera detenida es artista y feminista 10 años ya, y como nosotras es
madre sola”. Y otra mujer joven agrega: “…Estamos pensando en sembrar, en
formar comunidades alternativas, estamos formando escuelas alternativas porque
no estamos de acuerdo con un sistema de muerte, el capitalismo es un sistema de
muerte y es lo mismo que está haciendo este Estado ahorita”…
En fin, mucho que discutir, pero no
encarceladas… Me sigue dando vueltas esto de los “nexos con terroristas
chilenos”, y no solamente porque vengo de allá, si no que da la casualidad que
justo cuando escribo esta nota, se anuncia que “por falta de pruebas, todos los
jóvenes del llamado caso bombas han sido absueltos en chile. Podríamos
preguntarnos, entonces, quién es el terrorista en $hile y desplegar ironías,
pero el tiempo perdido y el dolor de gente encarcelada injustamente, pesa más, justo
cuando Nina y Henry se encuentran privados de libertad en La Paz, Bolivia.